domingo, 3 de marzo de 2013

Y viviré...



Trémulos tonos de paz;
de silenciosamente ansiada quietud...
Una voz atigrada que ruge como un dios,
una conciencia en marmolada actitud.
Una voz que ya nadie entona,
palabras que acaso enquistan símbolos,
en una inmortalidad ensordecida
como si fuera una secreta broma.
Viviré aún más allá de la Vida
y acabaré mis días (si muero)
mucho más allá de una simple muerte,
Acurrucado en las cenizas del Tiempo...
Inerte.
¿Pensaste por un instante siquiera
que podría estar hablándote un muerto?
Despliego mis alas blanquecinas,
prodigiosas en un misterio íntimo, incierto.
Mientras aguardo mi despegue en este desierto,
como un Eterno Retorno de tautologías muertas.
Aterrizaré algún día, quién sabe dónde,
y en la quietud trémula de una mañana nueva,
como el suave mumullo con que regresa el viento
te diré otra vez esto que te estoy diciendo...
Y labraré tu Desierto, de amor sediento!

De "Los Labradores del Desierto"
21-04-1999
01:46

Rolando Bourdette